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miércoles, 2 de enero de 2019

Señales

Llevo días que parece que el mundo entero me manda señales. Exactamente no sabría decir en qué dirección, pero son sobre el mismo tema, un segundo hijo. Programas, capítulos concretos de una series, comentarios ajenos... Todo me plantea el dilema de si ir a por el segundo o no. Tengo un tiempo limitado para decidirme y ahora mismo estoy en modo “egoísta”, lo que quiero es viajar y con dos niños se complica todo bastante. Tampoco puedo cargar a mi madre con otro niño más. Estoy en un punto en mi vida en que tengo poco tiempo para decidirme, y nadie de mi entorno está a favor. No es que se nieguen, pero no van a animarme a que lo haga. Y eso me da miedo. Tengo miedo a que sea un bebé de alta demanda que no me deje dormir ni me permita volver a ser yo misma hasta dentro de 4 o 5 años. Tengo miedo a no ser capaz de llevarlo todo adelante si ya me cuesta con una sola. Porque no me veo capaz de cuidar de dos pequeños con todo lo que implica, atender la casa, el trabajo y todo lo que se tercie. No se si estoy hecha para ser madre por segunda vez. Supongo que si llegara por error haría lo imposible, pero buscarlo se me hace un mundo nada más de ponerme a pensar en lo que se me vendría encima. Y se que es el momento, que si dejo que pase mucho tiempo más me acomodaré y ya no querré volver a empezar, mucho menos Maromo, que ya de entrada no quería otro más. No sé qué decisión voy a tomar, pero tengo que decidirme como mucho en un año. Esa es la fecha de caducidad de esta decisión. Yo que siempre quise un par de enanos por lo menos, ahora me veo que en algunos momentos 1 ya me viene grande.

jueves, 29 de marzo de 2018

Ataques

¿Por qué nos atacamos unas a otras? ¿Por qué nos juzgamos a la minima de cambio? Deberiamos apoyarnos las unas en las otras, pero por desgracia no es asi. Hoy he tenido uno de esos ataques gratuitos por la forma en la que estoy criando a mi pequeñaja, y es uno de los que mas me ha dolido. Y viniendo de quien viene, peor. Mi madre se encarga de ella por las mañanas, y alguna tarde que otra la he llevado a la guarderia para que enpiece a socializar y porqué ocultarlo, necesito un poco de tiempo para mi. A penas ha sido hora y media, no mas tiempo. Suele llorar cuando ve que me voy, pero luego la recojo riendo y pegando saltos.
Pues hoy al recogerla le he dicho “vamos” y ella me ha contestado que no. Y mi madre, como quien no quiere la cosa, me suelta:
-¿Ves? No quiere ir contigo, que ya sabe donde va. Te está cogiendo manía, mira como quiere quedarse conmigo...
Me ha dolido que diga que la niña me está cogiendo manía, que eso pasa por abandonarla allí por las tardes. Claro, me hace sentir como una puta egoísta por querer tener algo de vida propia. Una mala madre que cada tarde abandona a su hija para irse a hacer lo que le da la gana sin importarle lo que haga su hija. Y lo peor es que no es la primera vez que pasa algo así. Ya han sido varios, aunque la mayoría de mi madre.
Pero haga lo que haga siempre hay gente que me mira raro. Si la llevo, porque la abandono allí. Si no, porque abuso de mi madre. Si la llevo es que tengo pasta para derrochar. Si no, la estoy malcriando sin socializar. Me siento juzgada haga lo que haga y diga lo que diga.
Yo tengo que poder con todo, la niña, la casa, el trabajo, la compra, el perro y todo lo que se tercie a lo largo del día. Y no tengo derecho a buscar un rato en el que hacer algo que me apetezca. Tengo que dedicar todo mi esfuerzo en mantener a la espalda toda esa responsabilidad. Pues aquí está mi golpe simbólico sobre la mesa. Soy madre, pero también mujer, y la misma que me ataca por dejar a mi hija en la guardería es la que me educó en que fuera un ser independiente en todos los sentidos. Yo no necesito sesiones de peluquería o tardes interminables de compras. Solo necesito sentir que sigo siendo yo. Que tras ese papel de madre que asumo con mucho gusto nada más despertar, hay una persona que no quiero que desaparezca del todo. Que llegará el día en que vuelva a tener más tiempo para mi, y no está tan lejos como parece. Pero quiero sentirme bien, quier pensar que mi vida no se ciñe a una casa que atender. Si dejáramos de atacarnos y juzgarnos, seríamos todas mucho más felices.

domingo, 10 de diciembre de 2017

La vida ha seguido

Si, ha seguido este año y pico laaaaargo que he estado ausente. Trabajo nuevo, piso (con mudanza tripona incluida) nena monisma que me tiene enamorada (y cada día más) y mi Maromo, que a pesar de algún pequeño altibajo estoy más enamorada de él que nunca. Son ya tres años largos juntos y cada día me tiene más enamorada. Eso si, me tiene desconcertada. Él era de los que no quería ni oír hablar de boda, y desde hace unos días bromea más de la cuenta con el tema. Oye, que hasta he recuperado un poco la ilusión por casarme! En estos días no se la cantidad de veces que me he imaginado como seria. Algo sencillo e íntimo, sin muchos invitados.
Pero hay algo que me tiene más desconcertada. Me bromea con darle un hermanito a nuestra nena. Otro más! Yo que pensaba que en cuanto pudiera se haría la vasectomia, y mira, bromeando incluso. Que no es que quiera otro, al menos en estos momentos, pero el morbo de tontear sin precauciones y pensar que “puede que venga otro”, me divierte. Hay momentos en que no quiero otro, pero también hay en que pienso “si viene, bien. Y si no también.” No se si Maromo pensara igual, pero a mí me trae loca pensarlo.
A decir verdad no me imagino a la nena compartiéndome.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Alegría contenida

Voy a ser madre. Todavía estoy en el punto en que no creo que hable de mí misma. Es como si hablara de otra persona, todas las pruebas, visitas, felicitaciones... fueran de otra persona. Supongo que el sentirme la actriz secundaria en todo esto no ayuda. El que se supone el momento más feliz de mi vida hasta este momento, me da la sensación de que me lo están arrebatando. Siempre imaginé una alegría desbordada cuando lo dijera, al menos por parte de mi familia. Y se alegran, pero yo esperaba algo más de un "qué bien". Y mi pareja tampo ha mostrado demasiado entusiasmo. Está contento, pero no le hace especial ilusión. Él ya ha pasado por todo esto, y me cuenta solo lo malo. No me siento especial, no me siento la protagonista de la historia, y hay momento en los que me da la sensación que ni siquiera soy yo la que toma las decisiones. No voy a obligar a nadie a hacer nada, pero esperaba un poco más de entusiasmo. Por poner un ejemplo: comenté que no quería esperar 2 meses para la primera ecografía, y la reacción general fue de "¿y para qué? No se va a ver nada." Ojalá se entusiasmen más con el paso del tiempo.

lunes, 16 de noviembre de 2015

El test

Positivo. El test ha salido positivo. Estoy que todavía no me lo creo... Lo he conseguido, voy a ser madre. Cuando consiga asumirlo ya contaré más. De momento no me salen las palabras...

sábado, 14 de noviembre de 2015

Esperando

Dos días de retraso. De momento llevo dos días de retraso cuando mi regla es de manual, 28 días clavados. No sé qué hacer. Si es pronto para empezar a pensar en que este haya sido el gran mes, no hacerme ilusiones porque es pronto, un poco de todo... De momento no asumo que haya ningún cambio. Me cuesta hasta decirlo en voz alta... Y aunque lo deseo con todas mis ganas, hay una pregunta que se me repite una y otra vez desde ayer: "¿y ahora qué?" No sé cuándo será el momento adecuado para hacerme una prueba, para ir al médico. No sé cuál es el protocolo, estoy muy perdida y sin nadie con quien hablarlo. No sé si seré capaz de esperar al lunes que pensaba que sería un buen día para hacerme la prueba. Aunque todavía no sepa nada cierto, sigo sin creerme que quepa la posibilidad de que tenga un ser creciendo dentro de mi. Que la próxima tripa que pase por mi lado ya no me duela solo de verla. Estoy... que no sé ni cómo estoy. Contenta, asustada, cauta, contenida... y no soy capaz de poner mi mente en orden.  Quién sabe, quizá tenga razón y en unos días se confirme una tripa incipiente para dentro de poco.  No sé si aguantaré hasta el lunes...

martes, 1 de septiembre de 2015

Ligeramente obsesionada

Tengo miedo. Desde hace unos días estoy tomando conciencia de que ya son 6 meses buscando sin éxito y empiezo a tener miedo de que haya algún problema y todo se tuerza. He intentado por todos los medios que no se me note, pero ya hay momentos en los que no puedo evitarlo. Y no tengo a nadie con quien hablarlo, nadie que me pueda al menos escuchar. En estos momentos es cuando una amiga viene bien. Una pena que las mías salieran rana. Si alguien pudiera meterse ahora mismo en mi cabeza iba a alucinar. A 1000 por hora todo el día, da igual si estoy en la cama tirada o trabajando. Tengo el run run en la cabeza que no para, y no quería que pasara, pero empiezo a obsesionarme y estoy de los nervios. Cuando me quito las cutículas de forma compulsiva a mordiscos durante horas, es que tengo los nervios como para tomarme un Redbull y arrancar a correr.

No hago más que preguntarme para cuando. Pienso en las posibilidades y tiemblo. ¿Cómo se le dice a un hombre que no quería más hijos que hay que buscar ayuda para tener uno más? Las implicaciones que tiene todo esto hay momentos que me superan. 10 años, 10 puñeteros años engañada para ahora estar pasando por esto. 10 años sufriendo con el miedo a quedarme embarazada a la mínima de cambio porque "en la familia somos así" y ahora mira. Y lo peor es que no puedo comentarlo con la familia. Es lo que tienen los temas tabú, que se esquivan o censuran. Siendo sincera, tampoco me apetece mucho escucharlas decir lo mala madre que sería yo, total no valgo para esto. Tacto y comprensión brillan por su ausencia.  Ya sé que muchas están en una situación mucho peor que la mía, pero teniendo en cuenta que todavía estoy a tiempo de empeorar, tiemblo cada vez que pienso en que todavía no lo he conseguido y quizá necesite ayuda.

domingo, 6 de abril de 2014

Quizá estaría menos rota

Hoy es un día triste para mí, sobre todo en estos momentos en que tanto ansío una maternidad que veo tan lejana en estos momentos. Hoy hace diez años decidiste que yo fuera tu mami. Yo no lo sabía, pero tú ya estabas conmigo creciendo en silencio. Tu vida fue muy breve, unas pocas semanas. Y aunque sólo fui consciente de que estabas unos días, me has marcado de por vida. No ha habido un sólo día en que no te tenga presente en mi cabeza por un motivo u otro. Yo era una niña con mucho miedo y sin apoyo, quizá por eso me dejé llevar hacia una decisión que puede que considerara la correcta en aquel momento, pero desde hace tiempo me atormenta. Te he echado de menos tantas veces que ya soy incapaz de contarlas desde hace mucho.
Mi corazón me dice que habrías sido un niño revoltoso y con carácter. Pero la vida nos obligó a separarnos y me duele, tanto que a veces no lo aguanto. 10 años hace que tu marcha me pesa en el alma, aunque en parte fuera decisión mía. Nadie me dijo que lo que estaba a punto de hacer me llenaría de tristeza tantas noches y que se grabaría a fuego en lo más hondo de mi ser.

Quizá si me hubiera sentido arropada y querida en esos momentos seguirías conmigo.
Quizá si hubiera tenido más información seguirías conmigo.
Quizá si no hubiera sido tan egoísta seguirías conmigo.
Quizá si el desprecio que recibí de tanta gente no hubiera estado seguirías conmigo.
Quizá si hubiera tenido más tiempo para reflexionar seguirías conmigo.
Quizá si hubiera sabido todo lo que me ibas a doler en el alma hoy seguirías conmigo.
Quizá si me hubieran dado una alternativa seguirías conmigo.

Sólo espero que me hayas perdonado por lo cobarde que fui en aquel momento. No fue una decisión fácil, en realidad ni siquiera fue todo lo meditada me debería haber sido. Pero había gente que no te quería y me condicionó para que renunciara a ti. Desearía con toda mi alma que hubieras esperado para estar conmigo. Hubieras sido todo mi mundo, y ahora tengo un hueco que jamás podré llenar. No puedo reemplazarte, tú siempre vivirás en mi alma. Serás parte de mí, y sólo de mí. Porque nadie más te llora, nadie te echa de menos, a nadie le duele que no estés. Pero a mí sí, todo lo que ellos no te extrañan, te extraño yo. No te he olvidado, ni jamás te olvidaré.

Sé que todo ocurre por algo, llámalo destino. Pero a veces es un caprichoso que hace lo que le viene en gana llegando a ser muy cruel. Sólo espero que mis lágrimas derramadas algún día hallen consuelo con una carita que me sonría por las mañanas.


Tú mami que siempre te lleva en el corazón vaya donde vaya.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Si se muerden la lengua se envenenan.

Hace tiempo, cuando todavía tenía eso que hay gente que llaman amigas, en alguna ocasión salió el tema de la maternidad. Yo no sé si es que tenía en la frente escrito "mujer sin hijos" o sencillamente era por joder, pero con la que hablaba del tema me decía lo mismo que el resto. Que no me imaginan con hijos. Y no sólo ellas, también familiares lo han comentado. Con amigas así, ¿quien quiere enemigas? Durante un tiempo incluso llegué a creérmelo, pero la opinión de ciertas personas me importa más bien una mierda en vista de las puñaladas traperas que he recibido de ellas. Y de la familia... bueno, digamos que hay parte de la que quisiera divorciarme si pudiera. Quitando los típicos "todavía es pronto" o "¿tú lo has pensado bien?" que hasta puedo tolerarlos, el resto me han regalado perlas como estas:

- Yo es que siempre te he imaginado de esas que se entregan a su trabajo y pasan de casarse y tener hijos.
Claro. Y con un chaletazo en la playa y un Hammer en el garaje. Pero de niños nada que me mancharían el sofá de cuero blanco y no podría irme de fiesta. Aunque sea por curiosidad, todavía espero encontrar ese gran trabajo del que hablan que me absorba la vida y no me deje ni respirar. Pero ni debajo de las piedras, sigo en paro como casi todos.

-  Con lo guarrilla que tú eres no te imagino sentando la cabeza.
Le dijo la sartén al cazo. Si estaba soltera, ¿por qué no podía disfrutarlo en ese momento? Quizá es que el padre de mis hijos todavía no había aparecido entre tanto cabrón y no tenía con quien sentar la cabeza. Pero encima que me lo diga "la puritana" del pueblo, manda cojones.

- Tú no vales para ser madre, eso se lleva en los genes y tú no los tienes.
Mira tú, no sabía yo que tenía una experta en genética entre mis amigas. Qué pena que ande desperdiciando esa gran sabiduría que tiene en la caja de un supermercado. El mundo agradecería una persona que con sólo mirarte puede decirte como de buenos son tus genes. Hay que joderse...

- ¿Tú, madre? Anda, no me hagas reír.
Si es que cuando me pongo en plan chistosa estoy que me salgo. Creo que en lugar de madre seré monologuista, así además me saco un dinero extra. ¿O puede que esta fuera la gran carrera a la que se refería mi otra amiga?

- Pues el día que te toque serás una madre horrible.
Coño, una que ve el futuro. Pues entonces ni me lo planteo, que luego me sale una choni o un pastillero y la hemos liado. Mejor me quedo sin hijos que sola se está muy a gusto. Esta me hizo especial gracia viniendo de mi familia.

Ahora entenderéis un poco mejor porqué no cuento nada del tema a nadie fuera de mi casa. Para opiniones de estas, mejor cierro la boca y ya se enterarán de camino al hospital si eso. Si encima les digo que me gustaría tener gemelos (o mellizos, que fueran dos) directamente se ríen en mi cara y me tachan de loca. ¿Sabéis qué os digo? Que se vayan todas a la mierda. No pienso dejar que todas esas opiniones me amarguen la búsqueda cuando llegue. Por ilusión y ganas no va a ser, que se esas nos sobran un montón.