martes, 4 de agosto de 2015

Si me lo hubieran dicho...

La última vez que escribí aquí (hace demasiado tiempo) conté que mi pareja no quería tener más hijos. Cual fue mi sorpresa que al mes siguiente se lanzó a la piscina y decidimos intentarlo. Si lo llego a saber, me desahogo aquí antes. Seis meses llevamos de búsqueda, pero sin resultados. Sigo siendo un puñetero reloj cada mes. No sigo más que acierto con 12 horas de diferencia como mucho... Y mes tras mes nada. He intentado tomármelo como lo que es, un espacio muy corto de tiempo y que podría alargarse meses o años, pero me nubla la cabeza en ocasiones. Y más ahora, que hace unos días nació el peque de una familiar. Tan lindo, tan pequeñito y suave... y tan lejos para mí. Yo no hacía más que mirarlo y pensar si algún día yo tendría uno entre mis brazos que fuera mío.

Intento centrarme en mi trabajo (me he vuelto más productiva desde que empezamos la búsqueda) para no pensar demasiado en el tema, pero hay noches en las que me pongo a pensar en lo que me espera. Hace poco me dijo una amiga que por qué no buscaba ayuda de profesionales. Me aterra. El que me dijeran que no puedo tener hijos me aterra por completo, y me acabaría de hundir sabiendo que perdí la oportunidad hace 11 años. Mi vida ha dado un vuelco de 180 grados desde que empezamos a buscar. De cara al público no hay cambios, pero mi cabeza va a mil por hora 24 horas al día, ya sea por un tema u otro. Y no quiero obsesionarme, ya conozco el típico "cuando se relajaron, lo consiguieron". Incluso me he buscado un hobbie que me tiene ocupada y me distrae bastante. Pero ese run run me persigue cada vez que paro más de 10 minutos.

Ojalá tuviera con quien hablar de esto que hubiera pasado por algo parecido, o al menos que me entienda. En mi vida no tengo a nadie con la suficiente confianza como para hablar del tema largo y tendido. Será que me he levantado hoy con el pie izquierdo y todo se me hace un mundo.