miércoles, 11 de diciembre de 2013

Si se muerden la lengua se envenenan.

Hace tiempo, cuando todavía tenía eso que hay gente que llaman amigas, en alguna ocasión salió el tema de la maternidad. Yo no sé si es que tenía en la frente escrito "mujer sin hijos" o sencillamente era por joder, pero con la que hablaba del tema me decía lo mismo que el resto. Que no me imaginan con hijos. Y no sólo ellas, también familiares lo han comentado. Con amigas así, ¿quien quiere enemigas? Durante un tiempo incluso llegué a creérmelo, pero la opinión de ciertas personas me importa más bien una mierda en vista de las puñaladas traperas que he recibido de ellas. Y de la familia... bueno, digamos que hay parte de la que quisiera divorciarme si pudiera. Quitando los típicos "todavía es pronto" o "¿tú lo has pensado bien?" que hasta puedo tolerarlos, el resto me han regalado perlas como estas:

- Yo es que siempre te he imaginado de esas que se entregan a su trabajo y pasan de casarse y tener hijos.
Claro. Y con un chaletazo en la playa y un Hammer en el garaje. Pero de niños nada que me mancharían el sofá de cuero blanco y no podría irme de fiesta. Aunque sea por curiosidad, todavía espero encontrar ese gran trabajo del que hablan que me absorba la vida y no me deje ni respirar. Pero ni debajo de las piedras, sigo en paro como casi todos.

-  Con lo guarrilla que tú eres no te imagino sentando la cabeza.
Le dijo la sartén al cazo. Si estaba soltera, ¿por qué no podía disfrutarlo en ese momento? Quizá es que el padre de mis hijos todavía no había aparecido entre tanto cabrón y no tenía con quien sentar la cabeza. Pero encima que me lo diga "la puritana" del pueblo, manda cojones.

- Tú no vales para ser madre, eso se lleva en los genes y tú no los tienes.
Mira tú, no sabía yo que tenía una experta en genética entre mis amigas. Qué pena que ande desperdiciando esa gran sabiduría que tiene en la caja de un supermercado. El mundo agradecería una persona que con sólo mirarte puede decirte como de buenos son tus genes. Hay que joderse...

- ¿Tú, madre? Anda, no me hagas reír.
Si es que cuando me pongo en plan chistosa estoy que me salgo. Creo que en lugar de madre seré monologuista, así además me saco un dinero extra. ¿O puede que esta fuera la gran carrera a la que se refería mi otra amiga?

- Pues el día que te toque serás una madre horrible.
Coño, una que ve el futuro. Pues entonces ni me lo planteo, que luego me sale una choni o un pastillero y la hemos liado. Mejor me quedo sin hijos que sola se está muy a gusto. Esta me hizo especial gracia viniendo de mi familia.

Ahora entenderéis un poco mejor porqué no cuento nada del tema a nadie fuera de mi casa. Para opiniones de estas, mejor cierro la boca y ya se enterarán de camino al hospital si eso. Si encima les digo que me gustaría tener gemelos (o mellizos, que fueran dos) directamente se ríen en mi cara y me tachan de loca. ¿Sabéis qué os digo? Que se vayan todas a la mierda. No pienso dejar que todas esas opiniones me amarguen la búsqueda cuando llegue. Por ilusión y ganas no va a ser, que se esas nos sobran un montón.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Bendita presión

Quiero ser madre. Hacía años que no tenía un deseo tan fuerte por algo. Lo malo es que no depende de mí solamente, Machote también tiene derecho a opinar. Mierda, si por mí fuera ya estaría en camino. Después de semanas pensando, se ve que mi habitual bordería había desaparecido parcialmente y Machote me preguntó qué había pasado para que cambiara. Se lo conté y me dijo que no era el momento, que habría que esperar 3 o 4 años. Ahí empezó nuestra tranquila charla. ¿4 años? ¡Yo no quiero esperar años, lo quiero ahora! ¡Ya! Machote con los ojos como platos escuchaba el monólogo y de vez en cuando intentaba darme la réplica, pero yo ya me había envalentonado y no le dejaba ni un segundo para hablar. Cuando hube soltado TODO lo que pensaba, Machote sólo dijo que había que esperar un poco. Vale. ¿Ahora? No. ¿Y ahora? Que no, que todavía no podemos.
En vista de que mis negociaciones no habían llegado a ningún sitio, opté por dejar el tema de momento. Y así pasaron semanas, con un ¿ahora? de vez en cuando y unas risas de regalo. Pero Machote a veces me sorprende gratamente, y hace poco lo hizo con mayúsculas. Que no quiere esperar tanto, que tengo razón y que podíamos ponernos en faena dentro de un año o dos cuando las cosas vayan mejor. Joder, pues como haya que esperar a que el país mejore, la llevamos clara.

Pero el avance de verdad se dio la semana pasada. Lo primero que me dijo Machote al levantarse es que ha soñado que ya estábamos en plena búsqueda, y estaba muy contento. Que tiene muchas ganas de buscar, y que si no fuera por la situación actual, ya nos habríamos puesto en faena. ¡Coño, pues al tema! No que hace frío. ¡Pues te pongo la estufa! Déjalo de momento que no nos queda gas. Vale, pues cuando traigas la bombona nueva nos ponemos. (No sé por qué, pero todavía no la ha traído y yo tengo los pies helados.)
Desde entonces todo lo que sale en la tele relacionado con bebés lo comenta en plan "eso no lo haremos nosotros" o "eso habrá que probarlo". Pero la mejor sin duda fue la conversación de ayer.
- Yo quiero uno como ese, que juegue conmigo a la pelota.
- ¿Rubio y con ojos azules? Pues ya puedes rezar todo lo que sepas (somos morenos de ojos castaños).
- Hombre, no. El mismo modelo pero en versión española.
- Pues si quieres lo encargamos ya, que el tiempo de entrega es de 9 meses.
- (Se queda pensando unos segundos) Todavía no, pero nada mas podamos, lo encargamos.

Si es que presionar lo justo tiene sus frutos. De pensar en 4 años para buscarlo, a unos pocos meses. ¡Si está casi tan ilusionado como yo! Y a la mierda las opiniones del resto, que me tienen más que harta con sus tonterías. Otro día las cuento que son para echarles de comer a parte.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Espero que este dure más

Mi segundo blog. Para quien aterrice por aquí de nuevas sólo diré que no encajaba con quien soy en la intimidad. Soy una malhablada, suelto tacos continuamente. Y estaba harta de medir las palabras con las que escribía, porque me han limitado mucho. Este es mi rincón, del que nadie de mi vida real tiene conocimiento y en el que voy a soltar todo lo que se me pase por la cabeza, aunque últimamente lo único que me ronda es la maternidad. Sí, espero en un futuro ser una mami malhablada que intenta corregir ese defecto delante de su pequeño o pequeña.

Me voy a volver a presentar. Digamos que me llamo Sarah y tengo 27 años. Con un pasado un tanto tormentoso me enfrento desde hace un tiempo a la idea de ser madre que cada vez tiene más peso sobre mí, pero que por diversos motivos se está retrasando. Soy una impaciente, y cuando algo se me mete entre ceja y ceja no paro. Pues ahora a eso hay que añadirle que ni siquiera podemos empezar a buscar el embarazo mi... dejémoslo en Machote y yo. Manda cojones. Toda la vida siendo una precavida de narices (para quien leyó mi anterior blog: sí, toda la puta vida a pesar de lo vivido) y cuando me entra la vena maternal (que nadie de mi entorno da un céntimo por ella) me encuentro con un odio irracional a usar la gomita. Los últimos 3 meses he estado rezando para que las que nos hayan tocado las defectuosas del mercado, pero nada, de momento sin sorpresas. Hasta se me ha pasado por la cabeza pincharlos, pero eso sería ser muy retorcida. Seré una malhablada, pero retorcida de momento no, al menos sin motivos.

Pues esa a grandes rasgos soy yo. Y como me temo que de momento van a pasar unos meses hasta que nos pongamos en faena, voy a ir dejando constancia de todas mis tonterías aquí. Si alguien se anima a seguirme, bienvenido sea. Y prometo comportarme cuando comente en otro blog.