jueves, 29 de marzo de 2018

Ataques

¿Por qué nos atacamos unas a otras? ¿Por qué nos juzgamos a la minima de cambio? Deberiamos apoyarnos las unas en las otras, pero por desgracia no es asi. Hoy he tenido uno de esos ataques gratuitos por la forma en la que estoy criando a mi pequeñaja, y es uno de los que mas me ha dolido. Y viniendo de quien viene, peor. Mi madre se encarga de ella por las mañanas, y alguna tarde que otra la he llevado a la guarderia para que enpiece a socializar y porqué ocultarlo, necesito un poco de tiempo para mi. A penas ha sido hora y media, no mas tiempo. Suele llorar cuando ve que me voy, pero luego la recojo riendo y pegando saltos.
Pues hoy al recogerla le he dicho “vamos” y ella me ha contestado que no. Y mi madre, como quien no quiere la cosa, me suelta:
-¿Ves? No quiere ir contigo, que ya sabe donde va. Te está cogiendo manía, mira como quiere quedarse conmigo...
Me ha dolido que diga que la niña me está cogiendo manía, que eso pasa por abandonarla allí por las tardes. Claro, me hace sentir como una puta egoísta por querer tener algo de vida propia. Una mala madre que cada tarde abandona a su hija para irse a hacer lo que le da la gana sin importarle lo que haga su hija. Y lo peor es que no es la primera vez que pasa algo así. Ya han sido varios, aunque la mayoría de mi madre.
Pero haga lo que haga siempre hay gente que me mira raro. Si la llevo, porque la abandono allí. Si no, porque abuso de mi madre. Si la llevo es que tengo pasta para derrochar. Si no, la estoy malcriando sin socializar. Me siento juzgada haga lo que haga y diga lo que diga.
Yo tengo que poder con todo, la niña, la casa, el trabajo, la compra, el perro y todo lo que se tercie a lo largo del día. Y no tengo derecho a buscar un rato en el que hacer algo que me apetezca. Tengo que dedicar todo mi esfuerzo en mantener a la espalda toda esa responsabilidad. Pues aquí está mi golpe simbólico sobre la mesa. Soy madre, pero también mujer, y la misma que me ataca por dejar a mi hija en la guardería es la que me educó en que fuera un ser independiente en todos los sentidos. Yo no necesito sesiones de peluquería o tardes interminables de compras. Solo necesito sentir que sigo siendo yo. Que tras ese papel de madre que asumo con mucho gusto nada más despertar, hay una persona que no quiero que desaparezca del todo. Que llegará el día en que vuelva a tener más tiempo para mi, y no está tan lejos como parece. Pero quiero sentirme bien, quier pensar que mi vida no se ciñe a una casa que atender. Si dejáramos de atacarnos y juzgarnos, seríamos todas mucho más felices.

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