domingo, 7 de febrero de 2016

Reflexiones de una primeriza

Siento no haber pasado por aquí desde hace mucho. Todo va bien, mi embarazo sigue viento en popa, no han detectado ningún problema, el tamaño es ideal, se mueve más de lo que yo creía... En general no me quejo, ya no tengo síntomas desagradables y está siendo muy llevadero. Pero estos meses están suponiendo un reto para mí mente como nunca imaginé. Intento encontrarme a mí misma en ese concepto que nos inculcaron a algunas niñas de mi generación. Intentó encajar en un sitio en el mundo que es muy confuso y se desdibuja continuamente. Me explico.

Mi madre siempre me ha inculcado que sea independiente, que no dependa de un hombre para nada y lleve mi propia vida. Vale, la teoría es muy bonita, pero la realidad no es así. Yo dependo de mi pareja en muchos sentidos. Obvio que económicamente me podría mantener sola, pero le necesito. Y seamos razonables, que trabajemos los dos hace que las cosas sean más sencillas.

Mi madre siempre quiso que estudiara mucho y tuviera una carrera (cosa que no pudo ser por falta de fondos). Que cuando acabara de estudiar encontrara un buen trabajo y me estabilizara. Por esos estudios interminables me he perdido infinidad de cosas, unas buenas, otras no tan buenas, que gente de mi edad ha tenido y que yo ya no tendré la oportunidad de vivir (ojo, no me arrepiento) pero a mí nadie me avisó que tendría que elegir entre estudiar hasta una edad ya "avanzada", vivir ciertas cosas o ser madre. Todo no se puede llevar por delante.

Y ya el tema maternidad es mundo a parte. Ese lo dejo para otro día que tiene tela por sí solo.

¿A qué quiero llegar con todo esto? Que nos han intentado inculcar que podíamos vivir una vida que realmente no va a ser así, por lo menos en nuestra generación, y en la próxima ya veremos. Seguiremos siendo dependientes, tendremos que sacrificar párate de nuestra vida "de solteras", y la maternidad no será tal y como la imaginamos. Sin ir más lejos, yo siempre pensé que tendría varios hijos, 3 por lo menos. Pero a medida que pasan los años me voy dando cuenta de que eso es incompatible con lo que mi madre quería para mí. Cuando he podido ponerme a buscar, han sido ya con 30 años y un trabajo en el que tampoco llevo tanto tiempo. Para cuando pudiera ponerme a buscar de nuevo, quizá sería con 33, y con suerte me quedaría en el primer año. No creo que pudiera atender como es debido a un peque de 4 años y un recién nacido tendiendo un trabajo a jornada completa. Cuidar de uno con ayuda vale, pero tener hijos para que me los críen otras y yo solo disfrutarlos el fin de semana, no lo veo. Ya ni hablemos de buscar un tercero.

¿Que si estoy ilusionada? Muchísimo. ¿Miedos? Todos. Pero me hubiera gustado que alguien me hubiera contado la realidad de lo que viviría desde mis 16 hasta ahora, no los ideales de una sociedad que no está preparada por lo menos todavía para la mujer que encuentra su sitio y no sólo trata de buscarlo desesperadamente mientras su vida avanza a un ritmo frenético en algunos casos.

Perdonad por esto, pero es el único sitio donde soy capaz de hablar de esto sin sentirme juzgada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario